Para octubre,
poemas de lluvia.
Mudas los armarios, cambios en el cielo y tardes cortas
Que hacen delicioso al ascensorista conversador.
Nubes altas y rápidas.
Vuelven las grullas a la dehesa y las pretensiones,
de la agenda al olvido.
Qué ajenas se vuelven en quince días!
Olvidados, insomnes, silenciosos y algo hambrientos
Los días pasan heridos en mi barrio.
Maltrecha es la luz de las farola.
Los parques y recreos lanzan flotadores a las aceras.
Años de tormenta, ventanas de miedo.
Persianas frustadas al amanecer.
Se construyó lo inevitable.
En el puente viejo se mezclan viejos y jóvenes
Miran el tiempo
Unos frágil otros triste, la luz que desprende.
viernes, 19 de octubre de 2012
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